Tu ego está matando tu empresa

Desde la infancia somos nutridos por ciertos reconocimientos, nuestros padres y familiares son los primeros en hacerlo.

Esa forma en la que nos distinguen por las capacidades, habilidades o fortalezas que poseemos, puede traer consecuencias negativas en el futuro. Los resultados se originan a la hora de desenvolvernos en la sociedad y si dicho reconocimiento fue constante y exagerado.

El efecto que más suele presentarse es convertirnos en seres egocéntricos, cualidad que no es aceptable en ningún aspecto de la vida. Más bien es una característica reprochable, sobre todo en el ámbito laboral.

Un negocio o empresa puede contar con todos los recursos, herramientas y personal adecuado, pero si el ego abunda en su líder puede hasta provocar la destrucción de la misma.

¿Por qué el ego puede ser la causa del quebrantamiento de tu empresa?

Dentro del líder de una empresa o una de las personas con mayor poder sobre ella, suele abundar cierto egocentrismo que a su vez produce un alto nivel de egoísmo. 

Por haber fundando la empresa, automáticamente consideran que están por encima de los demás, poseen mejores y mayores capacidades, son más inteligentes, valientes y emprendedores.

Si eres de esa clase de líder o dueño de empresa, debes estar al tanto que necesitas cambiar varios aspectos de tu personalidad. Si no lo haces, colocarás el futuro del negocio en peligro. En específico debes hacerlo con tu ego y trabajarlo para evitar arruinar lo que con mucho esfuerzo has logrado.

Quizás no lo reconozcas o te cuesta aceptarlo. No pierdas la paciencia, te enseñaremos las razones por las cuales debes reflexionar y cambiar.

Ahuyentas clientes que eran fieles

La pérdida de clientes fijos es algo que verás en reiteradas ocasiones si no cambias. 

Es habitual y razonable querer hacer negocios con personas agradables, carismáticas, sencillas o educadas. La excepción a ese principio es cuando de por medio hay varios intereses que beneficiarán a ambas partes.

Trabajar con un empresario, cuyo ego sea muy grande y difícil de controlar, resultará complicado el ofrecerle sugerencias ya que no escuchan y piensan que tienen la verdad absoluta. Disminuye tu ego y afronta las fallas que tienes. Además, recibe con tranquilidad las críticas que te puedan hacer los proveedores o clientes, y más todavía si estás expuesto al público.

Conllevas a la renuncia de tus mejores empleados

Casi siempre los empleados que llevan muchos años trabajando en una misma empresa, crean relaciones de amistad con sus dueños. Ya no se trata de un nexo que los une como patrono-trabajador sino que va más allá.

El talento de los empleados y su buen desenvolvimiento le ha sido de gran provecho a la empresa durante un buen tiempo. Su estadía en ella significaría más progreso. Ellos también constituyen los pilares fundamentales del negocio.

Sin embargo, no sabes apreciar su rol ni el valor que se merecen. Aunque ese no es el motivo por el que deciden irse. La razón de la decisión se fundamenta en tu egocentrismo.

La partida de esas personas traería una enorme pérdida para la empresa. Ya no sólo perderás clientes sino también esa importante parte que mantenía arriba el negocio. Piensa muy bien con respecto a tus acciones porque perder a tus mejores empleados te costará mucho tiempo y dinero. Y peor, no encontrarás tan fácil otro grupo de personas capaz de sustituir al que renunció.

Obstaculizas el crecimiento de la empresa

El egocentrismo conlleva a pensar todo el tiempo en uno mismo, no importa lo que opine, sienta o perciba el resto.

Enfocar la mente en ti mismo evitará crear vínculos con otros empresarios o personas con talentos extraordinarios y de gran utilidad para el progreso del negocio. Si ambos se unen, cabe la posibilidad de crear proyectos inigualables. Aprende a colaborar con tus colegas y verás la forma en que se abren muchas puertas.

Transmites debilidad

Creer saber la respuesta a cada situación y no querer aumentar los conocimientos, muchos lo consideran una debilidad. Nadie querrá acercarte a ti, brindarte su ayuda o proponerte convenios. En cambio, si eres una persona curiosa, dispuesta a experimentar, abierta a nuevas ideas y planes, y oír a tu entorno, lo más seguro es que no eliminarán ninguna posibilidad de querer trabajar contigo.

Recuerda que las épocas cambian, lo que ayer era una cosa hoy puede significar otra. Es importante tenerlo presente, decirle sí a los consejos y nuevos aprendizajes.

Pierdes el recibimiento de ayudas

Algo que sucede con mucha frecuencia en los egocéntricos es su falta de humildad. Presumen todo y miran a sus opuestos con desprecio.

La humildad no guarda ninguna relación con el nivel económico que puedas tener. Ser humilde es algo que se desarrolla con el paso del tiempo y con las experiencias vividas. De nada te sirve poseer muchas riquezas y bienes si por dentro no tienes nada y menos si tu orgullo te impide reconocer tus errores. A nadie le gusta trabajar con alguien que no acepte sus equivocaciones.

El origen de los motivos que te acabamos de señalar, como mencionamos al comienzo, nacen de tu ego. Todos están derribando tus oportunidades de permitir que tu empresa crezca o que seas más exitoso de lo que eres. Por lo tanto, considera algunos factores y apártalo de tu vida.

Puntos clave para trabajar el ego

Cambiar algo que forme parte de una persona es difícil. Cuando se trata de egocentrismo la situación se torna más compleja. No obstante, sí se puede realizar, aunque no será de un día para otro. Debes canalizar tus debilidades, examinar tu comportamiento y estudiar los efectos de tus acciones. También debes incluir en tu plan lo siguiente:

• Ser humilde para adquirir nuevos conocimientos
• Tener el deseo por aprender
• Entender la necesidad de preguntar
• Sustituir el “yo” por “nosotros”

Cambia, nunca es tarde y menos si estas esforzándote para trabajar en tu fuente de ingresos. De ser necesario, busca asistencia profesional para que te ayude en la orientación, eliminación o conversión de esa debilidad en una fortaleza.